La Esgrima conocida también como esgrima deportiva para diferenciarla de la esgrima histórica, es un deporte de combate en el que se enfrentan dos contrincantes que deben intentar tocarse con un arma blanca, en función de la cual se diferencian tres modalidades: sable, espada y florete.
Su definición es "arte de defensa y ataque con una espada, florete o un arma similar".
La esgrima moderna es un deporte de entretenimiento y competición, pero sigue las reglas y técnicas que se desarrollaron en su origen para un manejo eficiente de la espada en los duelos.
La palabra procede del verbo "esgrimir", y éste a su vez del verbo germánico skermjan, que significa reparar o proteger. Los contrincantes reciben el nombre de tiradores.
Cuando un tirador es tocado por el arma del rival, éste recibe un punto.
A finales del siglo XVI comienzan a ver la luz en Europa distintos manuales de la disciplina.
Ésta acaba de instituirse como deporte a finales del siglo XIX, cuando las armas blancas ya no se destinan a la defensa personal. Se adopta entonces la lengua francesa en la terminología del reglamento.
La esgrima está presente en la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, aunque sólo en categoría masculina. Se incorpora la categoría femenina en 1.924.
Historia de la esgrima
Como deporte se postula en España erróneamente que se habría originado en ese país con la espada ropera, arma que forma parte del vestuario o indumento caballeresco aunque el uso de las armas modernas de esgrima surgen a finales del renacimiento simultáneamente en toda europa.
Tanto ingleses como franceses, españoles, italianos y hasta alemanes se disputan el origen de la esgrima moderna.
En la zona germánica se constata la tratadística desde finales del siglo XIII con la obra anónima conocida como Royal Armouries Ms. I.33 a los que le siguen otros escritos que indican la existencia de una tradición fuertemente asentada cuyo máximo representare sería Johannes Liechtenauer.
En Italia el primer tratado conservado es obra de Fiore dei Liberi, del año 1.409, aproximadamente, manuscrito conocido en español como Flor de Batallas (Flos Duellatorum in armis, sine armis, equester, pedestre).
También Inglaterra conserva escritos como el Manuscrito Harley, conservado en el British Museum, datable en torno a 1.430, un texto anónimo rimado, indicador de una incipiente escuela inglesa de esgrima de salón.
Por su parte, en Francia, la bibliografía se inicia apenas unos años después, a mediados del siglo XV, con Le Jeu de l'hache d'armes, asimismo anónimo.
En España hombres y mujeres lo practicaban y en el siglo XV aparecen los primeros tratados que establecen las pautas para el ejercicio de esta actividad en España.
Con la desaparición del duelo en el último tercio del siglo XIX, aparecen también las reglas propias de cada una de las armas de la esgrima moderna. Desde ese momento, las tres seguirán una evolución paralela.
Deporte Olímpico
Los Juegos Olímpicos de Atenas de 1.896, los primeros de la era moderna, fueron iniciativa del barón Pierre de Coubertin.
Él mismo esgrimista, incluyó competiciones de florete y sable, ambos en categoría masculina individual.
La espada se introduciría en los Juegos siguientes, los de París, 1.900.
El sable y florete por equipos llegaría en los Juegos Olímpicos de San Luis de 1.904.
Los primeros Campeonatos del Mundo de Esgrima se celebraron en Londres en 1.956.
El florete femenino apareció a nivel individual en 1.924 en los Juegos Olímpicos de París y por equipos en 1.932 en los de Los Ángeles.
En 1.913 nace la Federación Internacional de Esgrima, tras empezar a constituirse federaciones nacionales a partir de 1.906.
Esta Federación Internacional será quien conste como organizadora de las grandes competiciones y la responsable del Reglamento Internacional para estas pruebas.
Desde entonces se han introducido numerosos cambios, entre ellos la irrupción de la tecnología que permite el registro electrónico de los tocados con la ayuda de un aparato señalizador y la mejora en la seguridad de los materiales, tanto de la indumentaria protectora como de las armas, que hacen de la esgrima actual un deporte en el que los accidentes son prácticamente inexistentes.
Esgrima italiana es un término que se emplea para describir el estoque y la técnica que los italianos popularizaron en Europa, principalmente en Inglaterra y Francia.
El origen del sistema de combate se suele fijar en 1.409, fecha del tratado italiano más antiguo del que se tiene conocimiento, y se extiende hasta 1.900, en la etapa de la esgrima clásica.
Aunque las armas y los fines para los que se usaban cambiaron radicalmente durante esos cinco siglos, algunas características han permanecido constantes en la escuela italiana.
Algunas de ellas son la preferencia por determinadas guardias, la especial atención al tempo y muchas de las acciones defensivas.
En la actualidad, el estilo se preserva tanto en Italia como en el resto del mundo.
En Italia, escuelas oficiales de esgrima como la Accademia Nazionale ofrecen maestrías, tanto en esgrima histórica como en esgrima moderna, que se adhieren a los principios de la técnica italiana. También se practica la esgrima italiana en instituciones en el extranjero, como la Universidad Estatal de San José, en California, Estados Unidos.
Armas modernas
En la esgrima moderna se usan tres armas: el florete, la espada, y el sable, hechas de acero templado.
La longitud mínima permitida de la hoja para florete y espada es de 90 cm y en el caso del sable de 88 cm, siendo la longitud máxima del arma de 110 cm para las dos primeras y de 105 cm para el sable.
El peso máximo autorizado debe de ser inferior a 500 g en el florete y sable y de 750 g en la espada.
Florete
Arma desarrollada durante el siglo XVII como arma ligera de entrenamiento para combate.
Desarrollada como arma de práctica y deportiva, el florete es considerada la básica.
Es ligera y flexible y se usa para conseguir tocados embistiendo con su punta roma.
La hoja es rectangular en sección transversal.
El área válida de tocado para los floretistas es el torso, resultando por lo tanto "no válido" el tocado en las extremidades o la cabeza.
Los tocados se hacen únicamente de punta igual que con la espada, sin el filo y contrafilo como en el caso del sable.
Los tocados se registran gracias a un peto metalizado, que se une a la red de registro de tocados mediante un pasante especial.
Además, es un arma de convención, es decir, se asigna prioridad a los ataques, no existiendo en ningún caso un tocado doble.
En el mundo de la esgrima, se considera como más hábiles a los floretistas ya que esta arma es la más técnica de las tres y requiere más destreza mental y física, pues sus movimientos (paradas y respuestas) requieren una mayor habilidad y rapidez.
Espada
La espada moderna deriva del espadín francés, el cual a su vez procede de la espada ropera española.
Como el florete, es un arma de estocada, pero tiene una cazoleta o protección de mano más grande, además de ser más pesada y de tener una construcción más rígida.
La sección de su hoja es triangular.
El área válida de ataque es todo el cuerpo.
Los duelos de espada son los más realistas, pues se asemejan más a la esgrima clásica, no tiene reglas de convención y solo cuenta el orden cronológico entre un tocado y otro, pudiendo existir los tocados dobles.
Sable
El sable moderno deriva del arma que usaban los soldados de caballería.
Tiene un protector en forma de cuenco, que se curva bajo la mano, y una hoja rectangular en sección transversal.
Los tocados o puntos se pueden conseguir embistiendo con la punta o golpeando con el filo o con el contrafilo.
Se considera blanco válido el torso, la cabeza y los brazos.
Al igual que el florete es un arma de convención, en la que se asigna prioridad a los ataques, y no existen tocados dobles.
Los asaltos de sable son los más rápidos y ágiles en esgrima, por lo que requieren una buena forma física.
Poses, desplazamientos y ataques de esgrima
Guardia
Desde posición de firmes, separar un poco las piernas, adelantar la pierna derecha o la izquierda en función de si se es diestro o zurdo, y girar la cabeza a la derecha o izquierda, según el mismo orden.
Girar el pie derecho también hacia la derecha, dejando que quede en perpendicular con el izquierdo procurando formar un ángulo de 90º.
La separación del pie derecho y el izquierdo debe ser, aproximadamente, la equivalente al ancho de hombros.
Flexionar las rodillas hasta formar un ángulo recto.
Separar del tronco el brazo armado un palmo más o menos.
Levantar el antebrazo no armado, de tal manera que forme un ángulo recto con el brazo.
Mantener la espada o el florete paralelo al suelo y apuntando al frente.
En el caso del sable, coger el arma apuntando hacia arriba e inclinarla ligeramente hacia la izquierda haciendo que "cruce" la cara.
Levantar el brazo no armado como si se estuviera "sacando músculo", mantener el brazo y antebrazo en ángulo recto y dejar la muñeca muerta.
Mantener en todo momento la espalda recta.
Estas son las instrucciones generales, pero, dependiendo del arma que se esté utilizando la posición del arma y del brazo varían un poco.
Mientras en espada el antebrazo se encuentra en posición horizontal, en florete, la punta del arma apunta ligeramente hacia arriba (ya que el brazo no es zona de blanco válido y no hay necesidad de protegerlo).
Desplazamientos básicos
Marchar (desplazamiento hacia delante):
Levantar el pie derecho apoyando el talón en el suelo.
El peso caerá en la pierna izquierda.
Adelantar la pierna derecha sin mover la izquierda.
Apoyar todo el pie derecho en el suelo a la misma vez que se desplaza hacia delante el izquierdo.
Procurar mantener la posición de guardia, es decir, erguida y con los brazos armado y desarmado en su sitio.
Con la práctica, el pie derecho se elevará apenas unos centímetros del suelo, pero durante el aprendizaje se exageran los movimientos.
Romper (desplazamiento hacia atrás):
Desplazar el pie izquierdo hacia atrás levantándolo unos pocos centímetros del suelo sin mover el derecho.
Dejar apoyado sólo el talón derecho en el piso.
Desplazar el pie derecho hacia atrás recuperando la posición de guardia.
Procurar mantener la posición de guardia, es decir, erguida y con los brazos armado y desarmado en su sitio.
Ataques básicos (para espada y florete)
Línea : el ataque básico y sirve de "catapulta" para otros ataques.
También sirve para mantener a distancia al contrincante.
Desde la posición de guardia, estirar el brazo armado apuntando al hombro del contrincante.
En caso de practicar ante un espejo, se debe apuntar al hombro del brazo armado del reflejo.
Contraataque :se hace un fondo (véase más abajo) y al volver a la guardia se permanece con el brazo armado por encima de la cabeza, el arma apuntando hacia abajo y las piernas más juntas que en la guardia.
Fondo
Hacer una línea.
Levantar el pie derecho como si se fuera a marchar, pero sin apoyar el talón en el suelo, dejando caer el peso en la pierna izquierda.
Estirar la pierna derecha y dar un paso largo sin mover la izquierda.
Procurar que la rodilla derecha forme un ángulo recto y la izquierda quede totalmente estirada.
Estirar el brazo izquierdo para equilibrar el cuerpo, dejándolo casi en paralelo con la pierna izquierda.
Fondo (vuelta a la guardia)
Impulsarse hacia atrás con la pierna derecha hacia la posición de guardia dejando el brazo armado en línea.
Ajustar la posición de guardia de piernas y del brazo izquierdo.
Mantener la línea unos instantes para evitar cualquier posible avance del adversario antes de volver a la guardia total.
Fondo (vuelta a la guardia hacia delante)
Echar el peso hacia delante, sobre la pierna derecha, para un mejor ataque.
Acercar la pierna izquierda a la derecha sin mover esta última.
Recuperar la posición de guardia de piernas y brazo izquierdo.
Mantener la línea unos instantes para evitar cualquier posible avance del adversario antes de volver a la guardia total.
En caso de ser zurdo, se seguirán los mismos pasos pero cambiando la derecha por la izquierda y viceversa.
La mano armada ha de ir siempre protegida con un guante en las tres armas.
La mano desarmada no deberá, nunca, bajo ninguna condición, tocar el arma del contrincante y sólo podrá tocar el arma propia si el combate está detenido y por razones técnicas (punta del arma floja en caso de espada, curvatura anormal de la hoja, pasante suelto).
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